La máquina todo en uno de consulta táctil en forma de L transforma el límite cómodo de la interacción humano-computadora
En la era de la búsqueda de experiencias interactivas eficientes e inmersivas, la fatiga y las limitaciones que presentan las pantallas táctiles verticales tradicionales son cada vez más evidentes: dolor de hombros y cuello causado por la frecuente inclinación de los usuarios, reflejos en la pantalla causados por ángulos inadecuados en lugares públicos y un tedioso desmontaje durante el mantenimiento. Estos problemas son como barreras invisibles que dificultan la fluidez de la interacción persona-computadora. El nacimiento de la máquina todo en uno Touch Inquiry en forma de L está transformando silenciosamente la comodidad de la interacción persona-computadora con una ingeniosa revolución angular.